Aunque el poder del frío no es tan dañino como el del sol, hay problemas en la piel que pueden aparecer o agravarse. De tal manera, nos gustaría mostrarte algunos de los problemas con los que te puedes encontrar, así como darte algunos consejos generales sobre el cuidado de la piel y otras recomendaciones.
¿Qué patologías se ven afectadas?
Aquellas más comunes que se agravan son:
- La psoriasis, que afecta a un porcentaje considerable de la población en España. Durante la época fría aumentan los brotes y con el verano y el sol, mejoran las lesiones.
- La dermatitis atópica, que afecta al 15% de los niños perturbando a su calidad de vida. En cualquier caso, los cuidados en cuanto a hidratación deben extremarse en esta época.
Los expertos en dermatología consideran que el frío, la humedad, el viento y la calefacción influyen de manera negativa en nuestra piel provocando su deshidratación y acelerando el envejecimiento. En estas circunstancias, las zonas de mayor exposición como el rostro o las manos, que son también las zonas más vulnerables, deben protegerse y cuidarse con especial atención, incidiendo sobre todo en la hidratación.
Si la piel se altera, sus funciones se ven afectadas con ella. La huella del frío queda registrada en nuestra piel, esa piel fina y sensible del dorso de las manos y del cuello, contorno de ojos y cara.
Cuidados generales de la piel
Seguir una alimentación sana, practicar ejercicio de forma regular y atender a unos hábitos saludables es de capital importancia para mantener una piel en buen estado de salud. Además, tenemos un gran número de cosméticos que nos ayudan. El uso correcto de éstos, tanto evitando su aplicación en exceso como conservándolos en buenas condiciones, será un apoyo decisivo. Los cosméticos deben combinar de manera adecuada sus ingredientes a través de fórmulas sencillas y de alta tolerancia.
Los cuidados básicos se centran en realizar una limpieza adecuada de la piel, una tonificación correcta y la aplicación de productos hidratantes, nutritivos y antioxidantes. El uso de mascarillas con ingredientes que les aportan distintas funciones ayuda a la limpieza, a la eliminación de células muertas y a la hidratación.
- Limpieza: los productos limpiadores deben adaptarse al tipo de piel, de ahí que los encontremos en forma de cremas, lociones, geles, etc. Eliminan las impurezas que provienen del ambiente y los restos de maquillaje, cremas y secreciones internas. Son ideales las fórmulas sin alcohol y enriquecidas con ingredientes, como los extractos vegetales que mejoran la elasticidad y aportan suavidad, consiguiendo sin resecar una sensación de frescor y limpieza.
- Tónicos faciales: ejercen un efecto refrescante, ayudan a cerrar los poros y calman las sensaciones de cansancio en la piel. Era frecuente que llevaran alcohol por su poder astringente y refrescante, pero la tendencia actual es sustituirlo por ingredientes menos agresivos, como activos vegetales que ejercen sensación de bienestar y suavidad, además de eliminar restos de suciedad y brillos en las pieles grasas o mixtas.
- Tratamientos (productos hidratantes, nutritivos y antioxidantes): una vez que la piel está limpia y tonificada se aplica la hidratación, acompañada según el tipo de piel, de ingredientes nutritivos y antioxidantes que retrasan el envejecimiento de la piel. Siempre debemos buscar que lleven protección frente al sol, para prevenir el daño solar tanto frente al envejecimiento como frente a las patologías que el sol ocasiona. En la actualidad contamos con gran cantidad de formulaciones adaptadas a cada necesidad, aportando el nivel de cuidados que buscamos: sérum, concentrados, cremas, geles, cremas no grasas (oil free), etc.
- Mascarillas: son un complemento adecuado a los cuidados de la piel. Se aplican en capas más o menos gruesas y se dejan actuar de manera que al retirarlas se elimina mejor la suciedad y los restos de células que dificultan la absorción y la acción de los ingredientes de los tratamientos. En función de su composición pueden ejercer una acción exfoliante, astringente, revitalizante, etc.
‘Para hacer un uso correcto de todos estos productos, cuenta con nuestra ayuda para asesorarte tanto sobre sus usos como sobre los efectos que producen!
Recomendaciones Básicas
La Academia Española de Dermatología, en base a las circunstancias que afectan a la piel en la época invernal y los errores que a veces cometemos en cuanto los cuidados que debemos aplicarnos en esta época, recomienda:
- Mantener un grado de humedad adecuado durante el invierno en los hogares y lugares de trabajo, donde pasamos la mayor parte del tiempo, pues la calefacción reseca mucho el ambiente y nuestra piel, haciéndola más vulnerable. Podemos conseguirlo por ejemplo con humidificadores.
- Beber al igual que en verano, entre 1,5 y 2 litros al día de agua.
- Seguir una dieta variada, rica en frutas y verduras, además de legumbres, cereales y hortalizas. Nos aportarán la cantidad de vitaminas y antioxidantes necesarios para paliar los daños sobre la piel y mejorarán nuestros mecanismos de defensa naturales.
- Incidir en el seguimiento de unos hábitos saludables evitando el consumo de tabaco y alcohol, respetando las horas de sueño, evitando un ritmo extenuante y practicando ejercicio de forma regular.
- Cuidar la piel de los labios y el contorno de ojos, que es muy fina y delicada, aplicando protectores adecuados que no irriten los ojos y contengan filtros solares.
- La piel de las manos está expuesta tanto al frío como a los detergentes usados en las labores domésticas. Una buena crema de manos paliará los efectos dañinos.
- La piel del cuello y del escote también merece especial atención, procurando aplicar formulaciones con filtros adecuados para protegerla del sol.
- No abusar del agua caliente en los baños y duchas, ni de los jabones agresivos. Mejor el uso de agua tibia con jabones suaves, ricos en lípidos y con pH ligeramente ácido o neutro.
- Ancianos, niños, embarazadas y personas con situaciones fisiológicas o patológicas concretas necesitan cuidados especiales para tratar la piel pues suele ser más sensible e irritable.
- La exposición al sol es responsable de la mayor parte de las modificaciones que se producen en la piel, luego la fotoprotección es ineludible también en invierno, tanto con nieve como sin ella. Todos los tratamientos hidratantes, nutritivos, etc. de aplicación en todas las zonas corporales expuestas (manos, cara, labios…) contarán con filtros adecuados.
¡Éstos han sido nuestros consejos! Nos gustaría recordarte que si tienes alguna duda, pregunta, sugerencia o simplemente quieres compartir tus impresiones, estaremos encantados de leerlas en la sección de comentarios.
Photo credit: Amir Kuckovic / Foter / CC BY-NC-SA